La piel de la barba sufre los mismos trastornos cutáneos que otras zonas del cuerpo, aunque con algunas peculiaridades que requieren un tratamiento distinto.
- Foliculitis. Durante el afeitado, se producen unos pequeños traumas que favorecen la entrada de microorganismos (generalmente bacterias) y la posterior infección de los folículos. Se manifiesta a través de pequeñas pústulas rojizas. Por regla general, el proceso no requiere tratamiento, pero, si la infección se extiende, será necesario usar lociones o cremas con antisépticos.
- Pseudofoliculitis. Se trata de una inflamación del folículo, muy frecuente en hombres con una barba densa y rizada o bien en aquellos que suelen afeitarse a contrapelo. En estos casos, el pelo se curva y vuelve a introducirse en la piel, enquistándose. Es una afección que puede requerir tratamiento antibiótico.
- Medidas preventivas. Se aconseja afeitarse siempre en la misma dirección del crecimiento del pelo y, para ablandar una barba demasiado dura, usar una loción o crema hidratante. Si se utiliza maquinilla, es necesario que esté siempre limpia y bien afilada, para evitar traumatismos por raspado. La higiene es fundamental para impedir infecciones, así como mantener una hidratación adecuada.