martes, 24 de agosto de 2021

Infección cutánea

 

QUÉ ES. Es una infección de la superficie cutánea y dermis que se produce tras un traumatismo, herida, picadura o cualquier otra lesión que rompa la integridad de la piel, favoreciendo la entrada de bacterias que infectan la zona.

CAUSAS. Cualquier puerta de entrada que ponga en contacto el exterior con el tejido celular subcutáneo puede provocarla. Los microorganismos que más frecuentemente la causan son los estreptococos b-hemolíticos y los estafilococos aureus. Es más fácil que se dé en personas obesas o con sobrepeso, con insuficiencia venosa o edemas en piernas y con alteraciones en la piel como sequedad, úlceras o cualquier otra lesión.

SÍNTOMAS. La piel aparece enrojecida y dolorosa, con pequeñas vesículas o ampollas más o menos grandes (depende del grado de afectación. El lugar inflamado generalmente está caliente y duro al tacto. En muchas ocasiones, se observa la lesión o la herida que ha sido la causa de la infección en una zona cercana. La afectación generalizada es leve, pero, en casos más graves, puede haber fiebre, un dolor desproporcionado en la zona, grandes ampollas en la superficie o cambios en la coloración (de enrojecida a azulada) que pueden indicar necrosis. Cualquiera de estos últimos síntomas corresponden a una infección más grave.

DIAGNÓSTICO. Se realiza mediante la exploración del paciente. No es necesaria la realización de cultivos ni de ninguna prueba de imagen. Sólo será preciso la realización de un TAC si se sospecha que existe necrosis en la zona o bien una ecografía si se tratara de una infección grave y, por lo tanto, fuera necesario el drenaje del contenido de pus.

TRATAMIENTO. Inicialmente, los casos no complicados y sin síntomas alarmantes, se tratarán con antibiótico oral, siendo los más efectivos en este caso la amoxicilina/clavulánico y la cloxacilina. Cuando son algo más graves (o en inmunodeprimidos), se asociará un segundo antibiótico, que será una cefalosporina o una quinolona. Además, se recetarán analgésicos para el dolor durante los primeros días y se recomendará el uso de compresas de suero fisiológico frío para bajar la inflamación y calmar las molestias. Existen casos que requieren ingreso hospitalario por la necesidad de utilizar antibióticos endovenosos: en personas a las que no les funciona el tratamiento oral pautado, en aquellas con una enfermedad de base importante como una cirrosis, cuando tiene lugar una afectación importante del estado general (fiebre, malestar...) o cuando la infección avanza muy rápido. Los pacientes que sufren necrosis de la zona afectada requerirán un drenaje quirúrgico urgente, además de ingreso hospitalario.


martes, 10 de agosto de 2021

Precauciones antes de practicar un deporte

 

El ejercicio resulta vital para mantener una buena salud, pero también tiene sus riesgos, sobre todo si no se toman las medidas necesarias. Evítalo siguiendo estas sencillas recomendaciones.

  • Sométete a una revisión médica. En la mayoría de gimnasios ofrecen esta posibilidad. Un buen chequeo debe contar con pruebas como una espirometría (para valorar la capacidad pulmonar), un electrocardiograma de esfuerzo y una radiografía de tórax. El médico, además, examinará la presión arterial y el pulso, la fuerza y la flexibilidad, el estado de las articulaciones, etc.
  • Dedica unos minutos a calentar. Sea cual sea la práctica deportiva elegida, un buen calentamiento previo prepara el cuerpo para el ejercicio, aumenta la resistencia y reduce el riesgo de lesiones.
  • Empieza de forma gradual. Dosifica el esfuerzo e incrementa la intensidad del ejercicio conforme estés más preparado para ello.
  • Utiliza el calzado y el equipo adecuado para la especialidad elegida. Además de estar más cómodo y aumentar tu rendimiento físico, evitarás el riesgo de sufrir lesiones.
  • Hidrátate bien. No olvides beber 250 mililitros de agua antes de la práctica deportiva y 250 mililitros cada media hora de actividad.



martes, 3 de agosto de 2021

Piedras en la vesícula

 

POR QUÉ SE FORMAN. Las piedras o cálculos en la vesícula biliar pueden ser de colesterol o de bilirrubina, que es una sustancia que da el color a la bilis y resulta de la descomposición de la hemoglobina de los glóbulos rojos que ya no sirven. Ambas sustancias se eliminan por la bilis y las piedras se forman si hay exceso de ellas o si hay déficit de unas sustancias necesarias para que se disuelvan. También influye la inflamación de la vesícula, la dificultad para vaciarse y la predisposición familiar.

COMPLICACIONES. Las piedras en la vesícula sólo provocan síntomas en la cuarta parte de los casos. Estos síntomas pueden carecer de importancia (molestias en la parte alta del vientre, flatulencia o nauseas), o bien ser más graves, como cuando se producen complicaciones. Estas complicaciones suelen ocurrir cuando las piedras salen de la vesícula y ocluyen los conductos por los que sale la bilis. Esta oclusión provoca el cólico hepático. que es un fuerte dolor en la parte derecha del vientre por debajo de las costillas que se extiende a la paletilla del mismo lado y que suele acompañarse de vómitos. Si la bilis se estanca, se facilita la infección por microbios, que, si afecta la vesícula, es la colecistitis, o la colangitis si afecta al conducto (colédoco) que lleva la bilis al duodeno. Estas infecciones pueden extenderse al hígado y formar un absceso (acúmulo de pus). La repetición de colecistitis agudas o la sola presencia de piedras puede causar la inflamación crónica de la vesícula (colecistitis crónica). A veces, la pared de la vesícula se perfora y la bilis pasa al peritoneo causando una peritonitis grave. En ocasiones, una piedra grande perfora la pared de la vesícula y la del duodeno, que se ha adherido a ella, penetrando en el intestino, donde puede atascarse en una zona estrecha ocasionando su oclusión. La obstrucción del colédoco ocasiona ictericia, que, si persiste, puede provocar una cirrosis hepática. El colédoco desemboca en una pequeña dilatación del duodeno, donde también va a parar el conducto que lleva el jugo del páncreas, por lo que una piedra también puede obstruirlo y provocar una pancreatitis.

QUÉ HACER. Se recomienda realizar ejercicio físico, corregir la obesidad, pero sin pérdida rápida de peso, comer muchas verduras, frutas y pocos hidratos de carbono, sobre todo azúcares refinados, pues el aumento rápido de azúcar en la sangre facilita que se formen piedras. Por el contrario, el riesgo disminuye en las mujeres que toman café y en los hombres que comen muchas grasas no saturadas.

La vesícula sólo se debe extirpar si existen molestias o complicaciones, si la piedra es mayor de 3 cm o si las paredes de la vesícula están calcificadas. La operación se puede hacer por laparoscopia, a través de unas pequeñas incisiones en el vientre. No hace mucho se ha extirpado mediante un tubo introducido por la boca.