El síndrome de las piernas inquietas es una afectación que sufre entre el 5-10% de la población y que es más frecuente en mujeres, Se trata de un trastorno sensitivo-motor que se caracteriza por la necesidad de mover las piernas por el dolor y sensaciones desagradables (como hormigueos) que se producen cuando la persona se encuentra en reposo, sentado o tumbado, mejorando con el movimiento. Afecta mucho la calidad de vida de las personas que la padecen porque interrumpe el sueño, lo que conlleva que, durante el día, estén más irritables, somnolientos, cansados, etc. Más del 90% de los pacientes mejoran con fármacos como los agonistas dopaminérgicos. Si, tras varios meses con este tratamiento, no existe mejoría, puede que sufra un grado de moderado a severo de la enfermedad, por lo que es recomendable hablar con el médico, ya que se puede administrar un fármaco anticonvulsivante, como la pregabalina o la gabapentina para controlar mejor los síntomas. Si además se tiene un trastorno del sueño importante, se puede ofrecer algún ansiolítico.
Se aconseja limitar el consumo de alcohol y de café, ya que estas bebidas pueden agravar los síntomas.

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