El ejercicio resulta vital para mantener una buena salud, pero también tiene sus riesgos, sobre todo si no se toman las medidas necesarias. Evítalo siguiendo estas sencillas recomendaciones.
- Sométete a una revisión médica. En la mayoría de gimnasios ofrecen esta posibilidad. Un buen chequeo debe contar con pruebas como una espirometría (para valorar la capacidad pulmonar), un electrocardiograma de esfuerzo y una radiografía de tórax. El médico, además, examinará la presión arterial y el pulso, la fuerza y la flexibilidad, el estado de las articulaciones, etc.
- Dedica unos minutos a calentar. Sea cual sea la práctica deportiva elegida, un buen calentamiento previo prepara el cuerpo para el ejercicio, aumenta la resistencia y reduce el riesgo de lesiones.
- Empieza de forma gradual. Dosifica el esfuerzo e incrementa la intensidad del ejercicio conforme estés más preparado para ello.
- Utiliza el calzado y el equipo adecuado para la especialidad elegida. Además de estar más cómodo y aumentar tu rendimiento físico, evitarás el riesgo de sufrir lesiones.
- Hidrátate bien. No olvides beber 250 mililitros de agua antes de la práctica deportiva y 250 mililitros cada media hora de actividad.
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