POR QUÉ SE FORMAN. Las piedras o cálculos en la vesícula biliar pueden ser de colesterol o de bilirrubina, que es una sustancia que da el color a la bilis y resulta de la descomposición de la hemoglobina de los glóbulos rojos que ya no sirven. Ambas sustancias se eliminan por la bilis y las piedras se forman si hay exceso de ellas o si hay déficit de unas sustancias necesarias para que se disuelvan. También influye la inflamación de la vesícula, la dificultad para vaciarse y la predisposición familiar.
COMPLICACIONES. Las piedras en la vesícula sólo provocan síntomas en la cuarta parte de los casos. Estos síntomas pueden carecer de importancia (molestias en la parte alta del vientre, flatulencia o nauseas), o bien ser más graves, como cuando se producen complicaciones. Estas complicaciones suelen ocurrir cuando las piedras salen de la vesícula y ocluyen los conductos por los que sale la bilis. Esta oclusión provoca el cólico hepático. que es un fuerte dolor en la parte derecha del vientre por debajo de las costillas que se extiende a la paletilla del mismo lado y que suele acompañarse de vómitos. Si la bilis se estanca, se facilita la infección por microbios, que, si afecta la vesícula, es la colecistitis, o la colangitis si afecta al conducto (colédoco) que lleva la bilis al duodeno. Estas infecciones pueden extenderse al hígado y formar un absceso (acúmulo de pus). La repetición de colecistitis agudas o la sola presencia de piedras puede causar la inflamación crónica de la vesícula (colecistitis crónica). A veces, la pared de la vesícula se perfora y la bilis pasa al peritoneo causando una peritonitis grave. En ocasiones, una piedra grande perfora la pared de la vesícula y la del duodeno, que se ha adherido a ella, penetrando en el intestino, donde puede atascarse en una zona estrecha ocasionando su oclusión. La obstrucción del colédoco ocasiona ictericia, que, si persiste, puede provocar una cirrosis hepática. El colédoco desemboca en una pequeña dilatación del duodeno, donde también va a parar el conducto que lleva el jugo del páncreas, por lo que una piedra también puede obstruirlo y provocar una pancreatitis.
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