martes, 20 de abril de 2021

Cambio climático y salud

 

Aunque, a lo largo de la historia, el clima ha ido experimentando cambios, se considera como cambio climático las variaciones que sufre por las actividades humanas, que modifican la composición de la atmósfera.


CAUSA


Fundamentalmente, es el aumento de temperatura de la tierra, debido a que, en la atmósfera, se acumulan grandes cantidades de unos gases que retienen el calor que desprende la tierra cuando le llegan los rayos solares, por lo que, a su alrededor, va aumentando la temperatura y se va recalentando. Este fenómeno es el llamado "efecto invernadero", por su parecido a lo que ocurre al cubrir las plantas para protegerlas del frío. El más abundante de aquellos gases es el dióxido de carbono (CO2), que se desprende sobre todo al quemar productos petrolíferos, gas, hulla y madera. Se ha comprobado que, durante el siglo pasado, en Europa, la temperatura subió 0,6 grados, la mayor parte en sus últimos 25 años, y se prevé que, en los próximos 100, aumentará de 2,5 a 5 grados más y que el nivel de los mares subirá de 9 a 88 cm por el deshielo del polo Norte. El aumento de temperatura provoca una mayor frecuencia de olas de calor, con sequías y desertización en unas zonas, lluvias torrenciales con inundaciones en otras y tornados al calentarse el agua del mar lejos de las costas.


INFLUENCIA SOBRE LA SALUD

Según un informa del grupo de expertos sobre el cambio climático, éste aumentará los peligros para la salud humana, sobre todo en las poblaciones más pobres de los países tropicales y subtropicales.

  • Las olas de calor aumentan la mortalidad en la infancia y en las personas mayores que sufren enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares o respiratorias crónicas.

  • El calor favorece el desarrollo de moscas, mosquitos, pulgas y garrapatas, que transmiten enfermedades, como la malaria, la fiebre botonosa, el dengue, la fiebre amarilla y encefalitis, las cuales, por el aumento de la temperatura, se podrán extender a zonas donde no eran habituales.

  • La temperatura alta facilita la contaminación atmosférica y, al ser los inviernos más templados, se adelantará la liberación de los pólenes, aumentando las alergias y las enfermedades respiratorias.

  • Las inundaciones favorecen la contaminación de aguas y alimentos, facilitando la transmisión de enfermedades, entre ellas el cólera, la diarrea, la fiebre tifoidea, la hepatitis A y la leptospirosis.

  • La sequía ocasiona una falta de higiene, que también facilita la propagación de diversas enfermedades y, además, al igual que las inundaciones, afecta la producción de alimentos con la consiguiente malnutrición.

  • Las catástrofes naturales (tormentas, inundaciones, tornados...) ocasionan pérdida de viviendas, hacinamiento y desplazamientos de la población, lo que es motivo de trastornos psicológicos, como la ansiedad y la depresión.


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