Es un problema habitual en los niños pero, en la mayoría de casos, la epistaxis (su nombre científico) no reviste ninguna importancia. Estas son las causas más frecuentes que suelen provocarlo.
Resfriado. Cuando la nariz está inflamada, aumenta el riesgo de que se rompan los capilares y se produzca el sangrado, sobre todo si, además, el niño se suena con demasiada fuerza.
Medicamentos. Algunos fármacos, como algunos antiinflamatorios, al fluidificar la sangre, también pueden provocarlo.
Sequedad excesiva en el ambiente. Un nivel insuficiente de humedad reseca las mucosas y favorece la pérdida de sangre. Para evitarlo, se aconseja no excederse con la calefacción y, si es necesario, utilizar un humidificador o bien colocar un vaso de agua en las habitaciones.
Problemas de salud. Si los sangrados son muy frecuentes y no obedecen a ninguna de estas causas, es recomendable acudir al médico. Hay algunos trastornos como, por ejemplo, la hipertensión, que tienen a la epistaxis como uno de sus posibles síntomas.